Comunicado conjunto de Addameer y “Stop the Wall” sobre la detención del defensor de los Derechos Humanos Mohammad Othman

[Ramalah, 9 de Noviembre de 2009] El domingo 8 de noviembre de 2009, la audiencia en el tribunal militar de Ofer prolongó el periodo de detención de Mohammad Othman por otros diez días. Han pasado 46 desde que  Mohammad Othman, conocido defensor de los derechos humanos y activista con la organización palestina “Grassroots Stop the Wall Campaign”, fuera detenido en el paso fronterizo de Allenby entre Jordania y Cisjordania, y retenido para ser sometido a interrogatorio. El día de su detención, el pasado 22 de septiembre de 2009, Mohammad regresaba a su residencia en Ramallah tras un viaje de incidencia a Noruega  donde participo en varios eventos y reuniones. 
Se deniega a Mohammad el acceso a sus abogados.
 
El 1 de noviembre de 2009, el fiscal del tribunal militar solicitó que a Mohammad le fuera denegada la comunicación con sus abogados hasta su próxima audiencia, que fue programada para el siguiente 8 de noviembre de 2009. Con anterioridad a la solicitud del fiscal, los abogados de Mohammad le habían visitado con regularidad y constituían su único contacto con el mundo exterior, con la excepción de las ocasionales visitas de los delegados del Comité de la Cruz Roja Internacional. La audiencia, en la que se decidió sobre la solicitud de la acusación se celebró al día siguiente, 2 de noviembre, en el tribunal militar en Salem sin la presencia de  Mohammad ni de sus abogados. La organización Adameer, representante de Mohammad ante los tribunales militares, tampoco fue informada de la solicitud del fiscal, ni de la subsecuente decisión del tribunal de aceptar que a Mohammad se le fuera denegado el acceso a sus abogados.
 
La decisión no fue descubierta hasta el 4 de noviembre de 2009, cuando al abogado de Adameer, Samer Sam’an, se le denegó el acceso a Mohammad en el centro de detención de Kishon, donde se había desplazado para comprobar su estado de salud y las condiciones  de su detención. Ese mismo día, también le fue comunicado que Mohammad  había sido trasladado a la prisión de Ohalei Keidar en Beersheba, al sur de Israel
El 5 de noviembre de 2009, Adameer presentó ante el tribunal un recurso de apelación  en contra de la  decisión de denegar a Mohammad acceso a sus abogados. En la audiencia, que tuvo lugar el 8 de noviembre, el juez del Tribunal de Apelación Militar manifestó la falta de jurisdicción de dicho tribunal sobre el caso de Mohammad, e insto a Adammer a presentar el caso ante el Tribunal Supremo israelí. Aunque Adameer reconoce que la recomendación del juez es un procedimiento habitual de los tribunales militares, el abogado de Mohammad, Mahmoud Hassan, manifestó ante el Tribunal de Apelación Militar que la orden de denegar el acceso a sus abogados de los detenidos es una medida administrativa habitual, que normalmente tiene lugar en una etapa temprana, típicamente no mas tarde de la primera semana de detención. Addameer manifestó además, que según su experiencia, no se ha registrado jamás ningún caso en el que la prohibición de acceso a los abogados se diera 46 días después de la detención.
 
Addameer manifiesta así su profunda alarma y teme que la reciente prohibición solo sea un paso más para aislar a Mohammad y obligarle a proporcionar una confesión falsa sobre crímenes que no ha cometido, después de que la estrategia policial de interrogación a través de la amenaza,  intimidación, privación del sueño, confinamiento en solitario y agotamiento físico y mental, fueran inútiles. Hay razones para creer que el traslado de Mohammad a la prisión de Ohalei Keidar en Beersheba se debe a un intento de aumentar la presión sobre él, confinándolo en las llamadas ‘celdas-colaboracionistas’. Tortura y malos tratos son prácticas habituales en dichas celdas  y se tiene constancia de que ocurren en algunas secciones de la cárcel de Ohalei Keidar, donde los prisioneros son a menudo linchados, golpeados, amenazados y sometidos a presión psicológica en caso de rechazar el hablar con otros prisioneros detenidos en las mismas celdas,  que a menudo colaboran con las autoridades Israelíes.
 
Addameer se muestra también alarmada por el hecho de que en la vista de apelación, el juez del Tribunal Militar de Apelaciones accediera a que la vista en la que se decidiría la extensión o no de la detención de Mohammad, se celebrara sin la presencia del acusado ‘por el bien del proceso de interrogación’. Debido a que a Mohammad se le han restringido las visitas de sus abogados y estos no han tenido la oportunidad de verlo, ni de hablar con el desde el pasado 1 de noviembre, la vista de ayer constituía la única oportunidad para Addameer y para la familia de Mohammad de comprobar que este continuaba en buen estado de salud. Sin embargo, al no estar este  presente en la vista, desde Addameer se continúa estando profundamente preocupado por su salud, incluyendo su estado físico y psicológico, especialmente si se tiene en cuenta que muy probablemente este haya sido sometido a maltratos en la prisión de Ohalei Keidar.
 
Vista sobre la extensión de la detención
Unas horas después de que la vista de apelación tuviera lugar en el Tribunal Supremo Israelí, se celebro otra sesión para decidir sobre la extensión del periodo de detención. Con esta eran ya seis las vistas que sobre el mismo tema que se celebraban desde su detención el pasado 22 de noviembre de 2009. De nuevo, como en sesiones anteriores, no se presentaron cargos en contra de Mohammad, ni ninguna prueba externa fue presentada ante la corte. Como ya ocurrió en vistas anteriores, el tribunal militar justificó la necesidad de prolongar el periodo de detención de Mohammad aduciendo que se necesitaba más tiempo para continuar interrogando al prisionero. Al mismo tiempo, el tribunal también renovó la medida por la que Mohammad continúa sin tener contacto con sus abogados hasta el próximo 15 de noviembre, aduciendo que tal medida era necesaria ‘por el bien del proceso de interrogación’.
 
Durante la vista, el abogado de Mohammad, Mahmoud Hassan, manifestó de nuevo que la detención de cualquier individuo basado en sospechas razonables, es solo admisible al comienzo de la detención de dicho individuo. Sin embargo, como Hassan adujo, tras 46 días de detención basado únicamente en la necesidad de interrogar al acusado, tales sospechas deben ser apoyadas por pruebas externas si se quiere cumplir con los estándares de un juicio justo. Información sobre el proceso de interrogación de Mohammad, recogida con anterioridad a su traslado a la prisión de Ohalei Keidar, plantea serias dudas sobre si su detención esta basada en un razonamiento valido o en la búsqueda de pruebas creíbles. Por ejemplo, mientras estuvo retenido en el centro de detención  de  Kishon, Mohammad fue sometido a largas sesiones de interrogatorio en las que se le obligó a mantener la misma postura durante horas, incluso cuando los interrogadores israelíes continuaban formulando muy pocas o ninguna pregunta en absoluto. En otro ejemplo, el 27 de octubre de 2009, Mohammad fue sometido a interrogatorio durante más de nueve horas en dos sesiones diferentes, la última de las cuales se alargo hasta las 5.45 de la tarde. A pesar de lo extenso de la interrogación, los oficiales israelíes tan solo presentaron un informe de dos páginas de longitud.
 
Posición de Stop the Wall y Addameer
Considerando que, tras 46 días tras la detención de Mohammad, las Autoridades Israelíes no han sido capaces proporcionar ningún argumento o sospecha legitima para justificar la detención de Mohammad, Addmeer y Stop the Wall argumentan que la detención de Mohammad fue del todo arbitraria y por tanto ilegal bajo el derecho internacional, en particular bajo el la Convención Internacional de los Derechos Civiles y Políticos y la Declaración de las Naciones Unidas sobre los defensores de Derechos Humanos.  Addameer y Stop the Wall también reafirman su posición anteriormente mencionada de que el arresto de Mohammad se debe su destacada posición, en palestina y en el extranjero, como defensor de los Derechos Humanos denunciando las continuas violaciones de los Derechos Humanos cometidas por Israel en los Territorio ocupados Palestinos, incluyendo aquellas que se dan como resultado de la construcción ilegal del Muro dentro de los limites de Cisjordania.
 
La protección de los defensores de los derechos humanos es no solo una obligación moral, sino que ha sido reconocida por las Naciones Unidas como un derecho y un deber social, individual y colectivo. Así, Addameer y Stop the Wall urgen a los representantes de los gobiernos extranjeros, incluyendo a los miembros de las Oficinas de Representación ante la Autoridad Palestina basadas en Ramala, a los consulados en Jerusalén Este, así como a los representantes de la Comisión Europea, el Parlamento Europeo, organizaciones de derechos humanos y cuerpos de las Naciones Unidas a:
  • Llevar el caso de Mohammad Othman a sus reuniones oficiales con oficiales Israelíes.
  • Demandar clarificación sobre las razones detrás de la detención de Mohammad y sus  sucesivas extensiones a través de cartas oficiales dirigidas a las Autoridades Israelíes.
  • Demandar la inmediata puesta en libertad de Mohammad y poner presión en las Autoridades Israelíes para que pongan fin a la política de la detención arbitraria.
Además, Addameer y Stop the Wall urgen al Comité Internacional de la Cruz Roja a incrementar sus visitas y solicitar ver a Mohammad con mas frecuencia con el fin de garantizarle protección especial, de forma mas urgente mientras continua si poder comunicarse con sus abogados.
Para mas información sobre la detención de Mohammad Othman, consulte documentos anteriores emitidos por Addameer y Stop the Wall, o contacte directamente con
 
Addameer Prisoner Support and Human Rights Association:
Tel: +972 (0)2 296 0446 / 297 0136
Email: [email protected]
Website: www.addameer.info
Stop the Wall Campaign
Tel: +972-2-2971505
Email: [email protected]
Website: www.stopthewall.org